De McDonald's al espacio: Katya Echazarreta, La primera mexicana en viajar al espacio

Katya Echazarreta es una joven de 26 años quien se convirtió en la primera mujer mexicana en viajar al espacio.

Para la ingeniera eléctrica llegar a ocupar uno de los seis asientos de la nave New Shepard de Blue Origin ha sido laborioso y un reconocimiento por sus méritos.

Blue Origin es la empresa de fabricación aeroespacial propiedad del multimillonario Jeff Bezos y Echazarreta fue parte del quinto vuelo espacial tripulado, todos los pasajeros pagaron montos que aún no se han revelado, menos la mexicana quien literalmente se ganó el puesto.

La ONG Space for Humanity seleccionó a la astronauta para el histórico vuelo. En la página web de Space for Humanity explican cuál es el objetivo de la organización.

“Space for Humanity sirve a líderes con un propósito a través de una experiencia de vuelo espacial patrocinada, para crear un cambio profundo en la perspectiva, de modo que cada ciudadano astronauta regrese con una visión más amplia para abordar nuestros desafíos más difíciles y sus soluciones”.

De acuerdo con un vocero de la organización que habló con la cadena CNN, varios astronautas han afirmado que ver el planeta Tierra desde el espacio les ha brindado un profundo cambio de perspectiva de vida.

El mensaje de la astronauta luego de su experiencia estuvo dirigido directamente a las mujeres latinas.

“Mirar hacia abajo y ver cómo todos están allí, todo nuestro pasado, todos nuestros errores, todos nuestros obstáculos, todo, todo está allí... Y lo único que se me ocurrió cuando volví fue que necesito que la gente vea esto. Necesito que las latinas vean esto”, declaró a CNN.

Echazarreta considera que su viaje espacial ha reforzado por completo su misión de facilitar que más mujeres y personas de color viajen al espacio.

“Siempre he creído que no es suficiente para alcanzar tus metas si no ayudas a otros a crecer contigo”, dijo la joven a Space for Humanity. “Empecé a trabajar diligentemente para ayudar no solo a estudiantes en Estados Unidos que tienen grandes aspiraciones como la mía, sino también a estudiantes y mujeres en México que escuchan las mismas palabras que yo escuché con demasiada frecuencia, 'no es para ti'”. añadió.

Después de regresar a la Tierra, abrazó a su esposo Nik DeWinne emocionada. Echazarreta le agradeció a él y a toda su familia por apoyarla durante toda su vida para cumplir con sus sueños. “Es gracias a ustedes que estoy aquí”, escribió en las redes sociales. “Espero haberlos hecho sentir orgullosos”.

“Cada vez que trato de dormir, sigo viendo la Tierra”, escribió en su cuenta de Instagram. “La curvatura, los colores, las nubes... han cambiado mi forma de ver la vida”.

De McDonald’s al espacio

A los siete años Echazarreta emigró desde su natal Guadalajara a Los Ángeles. A los 18 años empezó a trabajar en McDonald’s y se convirtió en el soporte económico de su familia, pero nunca dejó de estudiar. En su página web escribe:

“Crecer en los EE. UU. fue difícil al principio debido a la barrera del idioma, pero trabajé duro y hablaba inglés con fluidez en dos años. Mi mamá me inculcó una fuerte ética de trabajo desde la infancia y siempre me alentó a seguir mis pasiones. El espacio, las matemáticas, la astronomía y la física me han interesado desde que tengo memoria y nunca perdí de vista eso mientras crecía”.

“A veces tenía hasta cuatro [trabajos] al mismo tiempo, solo para tratar de pasar la universidad porque era muy importante para mí”, dijo a CNN. Trabajó en la NASA como interna durante sus cuatro años de carrera y luego como líder de pruebas. Trabajó en 5 misiones de la NASA, incluida la misión Europa Clipper. Echazarreta está consciente de la falta de mujeres en el campo de la ingeniería eléctrica. “A lo largo de mi camino en la escuela de ingeniería estuve muy consciente de la falta de mujeres en el campo.

Esto fue muy difícil para mí porque no tenía muchas personas a las que pudiera pedir consejo sobre varios temas, como los sesgos implícitos que enfrentamos a diario. Me han dado la oportunidad de ayudar a orientar a aquellas niñas y mujeres que, como yo, buscan a alguien con experiencia en lo que están pasando. A través de la honestidad sobre las dificultades y el aliento, espero poder ayudar a las mujeres a estar mejor preparadas para su experiencia como mujer en STEM”.

En la actualidad está terminando su maestría en la Universidad Johns Hopkins en Maryland.

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