Biden promete cumplir con los objetivos de emisiones para 2030
Desde que se inició en Egipto la Conferencia sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas, COP27, el 6 de noviembre los representantes de las naciones en vías de desarrollo han criticado a Estados Unidos y otros países industrializados por ser los mayores emisores de gases de efecto invernadero.
Todo el planeta ha sentido el impacto del calentamiento global, en forma de inundaciones, sequías, calor extremo e incendios forestales cada vez más intensos, pero las naciones más pobres y poco desarrolladas están luchando desproporcionadamente por una crisis en la que tienen poca responsabilidad.
Ellos exigen que Estados Unidos y otros países ricos paguen por los daños. Se ha visto cierta voluntad para asumir esa responsabilidad de parte de EE.UU. y algunos países de la Unión Europea.
“La carga del cambio climático a nivel mundial está cayendo más pesadamente sobre los menos responsables de nuestra situación. No veremos el cambio que necesitamos sin justicia climática”, declaró el primer ministro de Irlanda, Micheál Martin.
El presidente Joe Biden pronunció un discurso en el marco de estas conversaciones climáticas de la ONU y enfatizó el liderazgo estadounidense. Explicó que el camino y la acción son una “responsabilidad del liderazgo mundial”. El presidente dijo que los países que puedan ayudar deben hacerlo.
“Los países que están en condiciones de ayudar deberían apoyar a los países en desarrollo para que puedan tomar decisiones climáticas decisivas, facilitando sus transiciones energéticas, construyendo un camino hacia la prosperidad compatible con nuestro realidad climática”.
Y la promesa más importante del presidente es que aseguró que EE.UU. está en camino de cumplir objetivos agresivos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. “Cumpliremos con nuestros objetivos de emisiones para 2030”.
La Ley de la reducción de la inflación
Biden logró que se aprobara una ley climática histórica en donde, la ley de la reducción de la inflación, en ese paquete se están invirtiendo $370 mil millones con el objetivo de acelerar la economía estadounidense para alejarse de los combustibles fósiles. Se ha implantado esa política climática en todo el gobierno federal. La administración dijo que regulará agresivamente el metano, un gas de efecto invernadero que, según los científicos, es uno de los contribuyentes más poderosos al cambio climático.
“Debemos predicar con el ejemplo cuando se trata de abordar la contaminación por metano, uno de los mayores impulsores del cambio climático”, dijo Michael Regan, administrado de la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU.
John Kerry, el enviado climático de Biden, ha propuesto permitir que las corporaciones inviertan en proyectos de energía renovable en países en desarrollo que les permitirían reclamar los recortes resultantes en los gases de efecto invernadero contra sus propios objetivos climáticos. Esas llamadas iniciativas de compensación de carbonoson vistas con escepticismo por muchos científicos y activistas del clima.
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