Puntos positivos de la COP27 de Egipto
Culminó la Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas, COP27, sobre el Cambio Climático que se celebró en Egipto. Durante 15 días los líderes mundiales de poco más de 200 países debatieron sobre las soluciones que podrían detener el calentamiento global en un contexto tan difícil como: la crisis energética, la guerra en Ucrania, los altos precios del combustible, la inseguridad alimentaria y el enfrentamiento entre China y EE.UU.
Sin duda alguna el logro más importante ha sido crear el fondo de pérdidas y daños, una herramienta para compensar a los a los países más vulnerables por los efectos del cambio climático, estos países con menos recursos son los más perjudicados y los que menos contaminan. De acuerdo con la “Revisión estadística de BP de la energía mundial 2021” los tres países con mayores emisiones de CO2 son: China con 9,900 millones de toneladas de emisiones de CO2, esto equivale a 2,133,145,404 (dos mil ciento treinta y tres millones ciento cuarenta y cinco mil cuatrocientos cuatro) vehículos de pasajeros a gasolina conducidos durante un año; Estados Unidos con 4,400 millones de toneladas de CO2 emitidas e India con 2,300 millones de toneladas de CO2 emitidas.
La creación de pérdidas y daños es el primer paso. Falta mucho por definir ¿cómo se alimentará este fondo? ¿Quiénes serán los contribuyentes? ¿Qué países serán los beneficiados?
Está claro que el hombres es el causante del cambio climático y de que los eventos extremos hayan empeorado. José Manuel Gutiérrez, uno de los coordinadores del informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, IPCC, explica que la evidencia sobre la incidencia de la humanidad en el cambio climático no admite duda científica.
“El IPCC usa un lenguaje calibrado que tiene que ver con probabilidades y con la evidencia disponible. Pero la influencia del ser humano en el clima ya no encaja en ninguno de esos umbrales de probabilidad y se considera que es un hecho probado que no tiene incertidumbre. La evidencia es ya tan abrumadora que no hay duda científica. En este informe se emplea tal rotundidad para no seguir con este debate; es un hecho y a partir de ahí vamos a ver cómo afecta y ofrecer potenciales soluciones”.
Tampoco está definido cuáles serán los fenómenos extremos que cubrirá el fondo. ¿Si una isla desaparece por la elevación de las mareas, esto se podría compensar? Y una interrogante más ¿qué pasará con los refugiados climáticos que habitan en estas islas que tienen la posibilidad de desaparecer? La única información certera que tenemos es que se espera que la primera reunión del comité de transición tenga lugar antes de finales de marzo de 2023.
Además la ONU lanzó un plan para que todos los países esté cuenten con un sistema de alerta temprana. En la actualidad más de 30% la población mundial vive en zonas que no tienen estos servicios básicos para salvar a la población de fenómenos extremos.
Una vez EE.UU. y la Administración del presidente Joe Biden reiteran su compromiso de reducir las emisiones para 2030 y los resultados obtenidos en las elecciones de medio término consolidad la agenda climática del presidente.
También se habló de celebrar la COP en la Amazonia en 2025, una iniciativa manifestada por Lula Da Silva, presidente electo de Brasil.
La selva amazónica es el “pulmón del planeta”, pero luego de la COP 27 sería más certero decir que la Amazonía es el “corazón del planeta”. El río Amazonas alimenta un bosque tropical de 2,86 millones de millas cuadradas, esta vegetación cubre aproximadamente el 5 por ciento de la superficie terrestre de la Tierra y además es el hogar de aproximadamente un tercio de todas las especies terrestres conocidas de plantas, animales e insectos.
Hay más de 500 pueblos indígenas distintos en la selva amazónica y esas comunidades indígenas representan parte de los territorios más afectados por la crisis climática. Una de las mujeres que alzó la voz fue Helena Gualinga, líder índigena Kichwa, activista climática y defensora de los derechos humanos.
“Visualizo un futuro en el que no tengamos miedo a otra inundación, a otro incendio, o miedo a encontrar a otro protector de la Amazonía asesinado. Visualizo un futuro en el que nuestros hijos, vuestros hijos, no tengan que luchar por el futuro de la humanidad. Visualizo el Bosque Vivo, la visión del pueblo Kichwa de Sarayaku que respeta y asegura que el bosque, los seres del bosque y nuestra gente estén permanentemente protegidos de las industrias extractivas y otras amenazas”.