El impacto ambiental de la moda rápida: ¿a qué precio?
La industria de la moda ha experimentado un crecimiento espectacular a principios del siglo XXI.
De acuerdo con cifras publicadas por la ONU la industria de la moda ahora está valorada en más de 2,5 billones de dólares y emplea a más de 300 millones de personas en todo el mundo, pero cada prenda de vestir ahora se conserva la mitad del tiempo.
La industria realmente ha entrado en la era de lo que denominamos "moda rápida". Es llamada así en parte porque la industria de la moda ahora lanza nuevas líneas cada semana, cuando históricamente esto sucedía cuatro veces al año. Hoy en día, las marcas de moda producen casi el doble de ropa que en el año 2000, la mayoría fabricada en China y otros países de ingresos medios como Turquía, Vietnam y Bangladesh.
La contaminación, los desechos y las emisiones de la moda rápida están “alimentando” la crisis ambiental que sufrimos. Nueva temporada, nuevos estilos, compra más, compra barato, y sobre todo bota. Las marcas de moda rápida no diseñan su ropa para que perdure y en esta era de consumismo compulsivo, podrían convertirse en una parte importante del registro fósil.
¿Cuánto cuestan nuestros armarios para el medio ambiente? La Fundación Ellen MacArthur, una organización benéfica con sede en el Reino Unido que promueve soluciones de economía circular, arrojó varias cifras que pueden ofrecernos una visión del problema:
· Cada año, la industria de la moda utiliza 93 mil millones de metros cúbicos de agua, suficiente para satisfacer las necesidades de consumo de cinco millones de personas.
· Alrededor del 20 % de las aguas residuales en todo el mundo proceden del teñido y el tratamiento de tejidos.
· Del total de insumos de fibra utilizados para la confección, el 87 % se incinera o se desecha en un vertedero.
· La industria de la moda es responsable del 10 % de las emisiones globales anuales de carbono, más que todos los vuelos internacionales y el transporte marítimo combinados. A este ritmo, las emisiones de gases de efecto invernadero de la industria de la moda aumentarán más del 50 % para 2030.
· Si los patrones demográficos y de estilo de vida continúan como hasta ahora, el consumo mundial de prendas de vestir aumentará de 62 millones de toneladas métricas en 2019 a 102 millones de toneladas en 2029.
· Cada año se vierten en el océano medio millón de toneladas de microfibras plásticas, el equivalente a 50 mil millones de botellas de plástico. ¿El peligro? Las microfibras no se pueden extraer del agua y se pueden propagar a lo largo de la cadena alimentaria.
Según un artículo publicado en la revista científica “Nature” en 1995, la industria textil producía 7,6 kilogramos de fibra por persona en el planeta. En 2018, esta cifra casi se duplicó hasta alcanzar los 13,8 kilogramos por persona, período en el que la población mundial también aumentó, pasando de 5,700 a 7,600 millones de personas. Actualmente se compran más de 60 millones de toneladas de ropa al año, una cifra que se espera que aumente aún más, hasta unos 100 millones de toneladas, para 2030. Más de 50,000 millones de prendas se desechan al año de ser confeccionadas, según un informe de un taller de expertos convocado por el Instituto Nacional de Normas y Tecnología (NIST) de EE.UU.
Algunas soluciones
La Fundación Ellen MacArthur se encuentra en la segunda iteración de una campaña llamada Jeans Redesign, que desafía a los fabricantes de ropa a encontrar soluciones circulares para ese incondicional de cada guardarropa. Algunos fabricantes han hecho que su proceso de producción de jeans sea más circular al usar algodón orgánico e insertar cremalleras de manera que se puedan quitar fácilmente cuando se recicla la ropa. Otros utilizan costuras reforzadas para que sus productos duren más. Estas son importantes pruebas de principio, pero tales técnicas deben convertirse en la corriente principal.
Los pequeños pasos son buenos, pero se necesitan grandes cambios. No hay tiempo que perder cuando se trata de cambiar la fabricación y el diseño de textiles. Es vergonzoso el costo ambiental de un nuevo guardarropa elegante, el problema debe ser abordado con estilo, consciencia y compromiso.