¿Qué es la disforia de género? Todo lo que debes saber
Si solo tienes unos segundos, lee estas líneas:
Algunas personas trans padecen disforia de género, una profunda sensación de incomodidad y aflicción que puede ocurrir cuando su sexo biológico no coincide con su identidad de género.
Este colectivo se enfrenta a altos niveles de discriminación, estigmatización, enjuiciamiento y, a veces, violencia por parte de la sociedad.
Los problemas de salud mental de las personas trans son más a menudo causa de la discriminación que de la disforia de género.
Aunque a veces se utilicen de forma indistinta, sexo y género no son lo mismo. Al hablar de “sexo”, hablamos de las características biológicas relacionadas con la capacidad reproductiva de los organismos, en este caso de las personas. Para que nos entendamos, desde los genes hasta los caracteres sexuales secundarios, como los senos, el vello facial o el desarrollo de la nuez; pasando por las hormonas; los órganos y los sistemas reproductivos. Al referirnos a esta categoría, tradicionalmente hablamos de mujeres y hombres, según si tienen pene o vagina.
Sin embargo, el concepto de sexo no plantea una situación de “blanco o negro”, no siempre todas estas variables están alineadas, sino que existe un conjunto de posibilidades: que alguien tenga genes más o menos activados, cromosomas presentes, hormonas en mayor o menor cantidad, órganos reproductores y caracteres sexuales secundarios de diferentes formas y tamaños.
¿Y por qué es importante distinguir el concepto “sexo” de “género”? Porque aunque en muchas ocasiones usemos uno u otro indistintamente, en realidad, cuando hablamos de “género”, a lo que nos estamos refiriendo es al rol social que una persona desempeña. Y, si delante de esta palabrita colocamos el matiz “identidad”, convirtiéndola en “identidad de género”, estaremos designando al rol social con el que una persona se identifica.
Ambos conceptos, por norma general, se desarrollan en función del sexo asignado al nacer que, al contrario de lo que comentamos en párrafos anteriores, solo suele tener en cuenta los genitales del pequeño ya que, en el momento del nacimiento, no se suelen hacer pruebas para confirmar todas las características sexuales del bebé.
Las personas transgenero son aquellas cuya identidad o expresión de género no coincide con el sexo que se le asignó al nacer, según los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades). Este organismo indica que cerca de un millón de personas se identifican como transgénero en Estados Unidos.
Por lo general, el sexo se refiere a la anatomía, mientras que "el género va más allá de la biología", según cuenta Jason Rafferty, pediatra y psiquiatra infantil del Hasbro Children's Hospital en Rhode Island, a CBS News.
Rosa María Fernández García, bióloga especializada en Psicología y en el estudio genético y epigenético de la transexualidad, explica a Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado, que la identidad sexual (o identidad de género) se refiere al género sentido. “Es un sentimiento subjetivo de saber a qué sexo se pertenece, es decir, si la persona se considera varón o mujer”, añade.
El sexo biológico, cuando lo reducimos a 2 opciones (hombre o mujer), no es una verdad incuestionable ni mucho menos, y tiene un componente cultural. "Cuando se asigna a las personas recién nacidas, puede llegar a haber muchos problemas. Sin ir más lejos, el caso de las personas intersex: personas que no representan 'lo suficiente' esos rasgos elegidos culturalmente para definir el sexo 'biológico' en esos términos binarios y excluyentes", explica a Maldita.es Daniel G. Abiétar, médico y autor del libro ‘¿Solo dos? La medicina ante la ficción política del binarismo sexo-género’.
Abiétar apunta que es bastante problemático que la definición que se da de sexo y de género sea tan simple. "Esta dicotomía plantea el sexo como lo 'biológico' (y por ende, 'natural', definido 'esencialmente') y el género como lo culturalmente construido, y hemos de plantearnos que la realidad sobrepasa siempre la representación que hacemos de la misma (subjetiva, asociada a un contexto y por lo tanto mejorable)", señala.
Según Carmen García de Merlo, abogada, enfermera y presidenta de un colectivo LGTB+ en España, el lenguaje en relación al colectivo trans es importante. “El desconocimiento lo que da es miedo y esto, en muchas ocasiones, genera odio al diferente, al que no es igual, y el lenguaje, así como la educación en los colegios, por ejemplo, podría ayudar a solucionarlo. Hay que saber que las cosas existen, que se vea normal: no algo mejor o peor, sino que normal. Si no conoces algo, no puedes empatizar con ello”, indica De Merlo.
La transexualidad está reflejada en diferentes culturas y ha sido considerada en ellas de diferente manera a lo largo de la historia. “Por otra parte, la división binaria de sexos en masculino y femenino, sin más opciones, es relativamente reciente y se basa más en valores religiosos o morales destinados al fin último de la especie, la procreación o supervivencia que en la consideración individual de la propia sexualidad”, explica a Maldita.es María Cruz Rodriguez del Cerro, psicóloga especializada en los mecanismos neurobiológicos de la transexualidad.
¿Qué es la disforia de género?
Dada esta paradoja entre “lo que se dice” o lo que “se da por hecho” que una persona es (hombre o mujer) y “lo que es” esa persona realmente, es común que un individuo trans se sienta inconforme con respecto a la “categoría” con la que se le calificó al nacer. Recordemos que esta no coincide con su identidad de género, con el rol social con el que se identifica. Es el caso, por ejemplo, de una persona que fue asignada mujer al nacer, pero sabe que es un hombre y viceversa. Esta falta de concordancia y la distorsión, ansiedad y depresión que puede llegar a causar se conoce como disforia de género. Pero no todas las personas trans sufren disforia de género. Vamos por partes.
“Para la mayoría de las personas existe una congruencia entre sexo biológico y género. Sin embargo, los sujetos que presentan disforia de género experimentan cierto grado de incongruencia entre su sexo biológico y su identidad sexual. Esto es lo que sucede en el caso de las personas trans”, explica Fernández García. Dicho de otra manera: el rol social con el que se identifican es diferente a la categoría bajo la que se le ha etiquetado más o menos tiempo en su vida.
Aunque la incongruencia de género en sí no se considera un trastorno, cuando esta percepción discordante entre el sexo biológico y la identidad de género provoca malestar significativo, puede que se trate de un caso de disforia de género.
La Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA) indica que aunque la disforia de género suele comenzar en la infancia, es posible que algunas personas no la experimenten hasta después de la pubertad o mucho más tarde.
Sin embargo, este sentimiento de malestar no es una característica que necesariamente experimenten todas las personas trans. Según Fernández García, las personas transexuales no nacen disfóricas ni tienen por qué serlo nunca y, cuando lo son, muchas veces “es fruto de presiones internas y externas que surgen de la lucha personal por la adaptación/inclusión social”.
Por lo general, según indica Abiétar, la disforia de género no es algo que necesariamente esté asociado a una persona transexual. “Ese malestar, lo que viene a decir es que esa persona ha desarrollado ansiedad fruto de su interacción con el ambiente, una interacción problemática”, añade.
Los problemas de salud mental de las personas trans a menudo son más por la discriminación que por la disforia de género
Como decimos, no todas las personas trans sufren disforia de género y, entre aquellas que sí, no todas lo hacen en el mismo grado. “Es muy importante destacar que la fuente más habitual de malestar psicológico en las personas trans no es la disforia, sino la transfobia y la discriminación externas”, explica a Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado, Unai Cereijo, biólogo y miembro de la asociación PRISMA, para la diversidad afectivo-sexual y de género en Ciencia, Tecnología e Innovación. “Los estudios demuestran que cuando las personas trans son aceptadas por su entorno, tienen indicadores de felicidad totalmente equiparables a las personas cis [aquellas personas en las que sexo asignado al nacer coincide con su género]”, añade.
De hecho, según la APA, las personas transgénero sufren altos niveles de estigmatización, discriminación y victimización, “lo que contribuye a una imagen negativa de sí mismos y al aumento de las tasas de otros trastornos de salud mental”. El organismo destaca que las tasas de suicidio entre las personas transgénero son notablemente más altas que las de la población general.
García Fernández coincide en que las personas trans representan una población particularmente vulnerable, al enfrentarse a altos niveles de discriminación, estigmatización, enjuiciamiento y a veces violencia, por parte de la sociedad, lo que contribuye de forma directa y significativa a su vulnerabilidad.
Como resultado del estigma social, así como de una alta tasa de desempleo y discriminación laboral, las personas trans se encuentran en riesgo de experimentar niveles altos de estrés, asociado con un incremento de problemas mentales como depresión, ansiedad y tendencias y conductas suicidas.
Las desinformaciones que afectan a las personas trans
Las personas trans llevan años siendo objeto de desinformaciones. Por ejemplo, en mayo de 2022 circularon fotos de una persona trans junto a mensajes que aseguraban que era el autor de un tiroteo en una escuela de Uvalde (Texas). Algo que no era cierto, como te explicamos en Factchequeado.
También te hemos hablado sobre la teoría de la conspiración sin fronteras sobre la supuesta transexualidad de las esposas de los presidentes de varios países. Entre las víctimas de esta teoría, se encuentran Michelle Obama, exprimera dama de Estados Unidos; Brigitte Macron, la primera dama francesa; o Begoña Gómez, la esposa del Primer Ministro de España.
Y en esta nota te contamos que, a diferencia de las desinformaciones que circulan sobre tratamientos hormonales para menores trans, éstos no son “experimentales” ni todos son “irreversibles”.
Ser una persona trans no es una patología
El hecho de ser una persona trans no constituye, en sí mismo, una condición patológica, según confirma Fernández García. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no la incluye en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) más que como una condición relacionada con la salud sexual desde junio de 2018.
Sin embargo, la discrepancia entre los caracteres sexuales de una persona y su identidad de género junto al estrés causado por la discriminación y la exclusión social, pueden ser una fuente de malestar grave. “La preocupación por la aceptación también es un motivo de angustia y sufrimiento, así como la inquietud por encontrar una pareja y poder disfrutar de una relación amorosa. Además, no puede obviarse la importancia que tiene la autoestima para una buena salud mental”, explica la experta.
Según un estudio publicado en The Lancet Psychiatry en el que se entrevistó a 250 personas transexuales, los posibles problemas de salud mental provienen en mayor medida del rechazo y la violencia que estas personas han sufrido a raíz de su transexualidad que de su transexualidad en sí. También influye el hecho de que la transexualidad se considerase una enfermedad, ya que en algunos casos obligaba a estas personas a someterse a tratamiento psiquiátrico que no necesitaban y se ponía en duda su capacidad de tomar decisiones respecto a su propia identidad y su vida familiar y económica.
Tales aflicciones, haciendo referencia tanto a la disforia de género como a la salud mental de una persona trans, pueden ser remediadas a través de acciones e intervenciones apropiadas, algunas de ellas de naturaleza biomédica, cuyo objetivo es modificar la apariencia física de una persona para estar más en consonancia con su identidad de género.
“El malestar es típicamente una combinación de ansiedad, depresión e irritabilidad. Las personas con disforia de género grave pueden experimentar síntomas severos, inquietantes y persistentes, y tienen un fuerte deseo de una transformación hormonal y quirúrgica de su cuerpo para que esté más alineado a su identidad de género”, indica Fernández García.
Términos que debes conocer:
Persona trans: persona para la que el sexo asignado en su nacimiento no coincide con el género con el que se identifica. Engloba a las personas transgénero y a las personas transexuales.
Persona transexual: persona que ha realizado una transición para hacer coincidir su sexo con el género con el que se siente identificada.
Persona transgénero (transgender): persona para la que el sexo asignado en su nacimiento no coincide con el género con el que se identifica, pero que no necesariamente ha iniciado o piensa iniciar un proceso para alterar esta circunstancia.
Persona de género no binario (non-binary gender): persona cuya identidad sexual no se corresponde con las tradicionales femenina o masculina. Pueden incluir a las que se identifican como ambas cosas o como ninguna de las dos.
Persona cis: persona para la que el sexo asignado en su nacimiento sí coincide con el género con el que se identifica.
Persona intersexual: persona que presenta tanto rasgos sexuales tradicionalmente asociados al sexo femenino como al masculino.